- POLÍTICA, + EDUCACIÓN
Es indudable que cada vez, gracias a la historia, la física, el progreso, etc. tenemos ordenadores más veloces y con mayor capacidad, coches más potentes y muchos otros avances de la tecnología.
El problema de centrarse tanto en las matemáticas y otras ciencias es que, en ocasiones, nos olvidamos de formarnos como personas, nuestra parte humana, y esas herramientas, que deberían conseguir que viviésemos mejor y fuésemos más felices, a veces consiguen lo contrario (llevado al extremo se puede pensar en armas cada vez más destructivas).
Mucha gente confunde democracia (especialmente lo que se suele entender por democracia) con libertad.
De poco vale que puedas hablar si no eres capaz de pensar, que puedas elegir si no te has leído siquiera los diferentes programas electorales, si esas ¨promesas electorales¨ no son vinculantes (si pueden decir una cosa y después hacer la contraria) o si, al final, lo que estás eligiendo es quién quieres que abuse de ti, pero no tienes forma real de protegerte de esos abusos, ¨de tú a tú¨.
La democracia, como la anarquía, de poco valen si la población no está formada e informada, si no está educada.
En la democracia prima más la cantidad sobre la calidad, y al final parece que tienes que acabar eligiendo un menú de Mc Donlad´s (en ocasiones también te permiten Burger King), ya sea pollo o ternera, ensalada o patatas, pero no deja de ser ¨comida rápida¨ (y en cualquier restaurante de comida rápida tienes más posibilidades de elección que en la democracia española, en la que, además, una vez que eliges tu menú tienes que comértelo durante 4 años, incluso si deciden modificarlo, tú ya no podrás hacer nada).
A lo mejor tendríamos que dejar de ir tan rápido, pararnos a pensar, que el mismo móvil o coche que pueden ser herramientas muy útiles, también pueden ser muy peligrosas si las dejas en manos de un niño o de alguien sin formación.
Dar poder a alguien que no tiene unas fuertes convicciones éticas puede ser un arma excesivamente peligrosa, aunque parece que mucha gente ni siquiera pone en duda que lo más importante en la vida es la economía, cuando no deja de ser una herramienta que debería estar al servicio de las personas, y no al revés.
El avanzar tan rápido, a veces, nos hace olvidar por qué estamos corriendo o hacia dónde nos estamos dirigiendo.
Si perdemos nuestra parte más humana, es posible que perdamos una gran fuente de felicidad.